Según lo comenta el autor de la foto, un abuelito le preguntó al encargado del carrusel que cuánto le cobraba porque se quería subir, extrañado el encargado le pregunta, ¿de verdad quiere subir?
Pues súbase, no le cobro nada. Y el abuelito se subió al toro a disfrutar de unas vueltas en el carrusel.
Nuestro respeto a esa persona que no dudó en hacer feliz a un abuelito.
